La imagen, realizada en madera de cedro policromada al óleo para ser vestida, continúa la línea estética del resto del conjunto. Una obra que responde al naturalismo de mi obra , sin buscar brusquedades ni gestos ni posturas antinaturales o excesivamente idealizadas. De semblante triste y sereno plasma el momento en que conversa con José de Arimatea mientras con la mano derecha, sobre la espalda de la Virgen , la invita a iniciar la marcha hacia el Sepulcro.